Se trata de un edificio de oficinas para una empresa de diseño gráfico y packaging.

El encargo abordaba el estudio de distintos terrenos y sus posibles proyectos.

Finalmente, se optó por un terreno estrecho de 6.30 mts de frente y 16 mts de profundidad, en un barrio de típicas casas bajas de Montevideo, que desde hace un tiempo viene mutando a otros usos como cultuales, gastronómicos y terciarios.

El proyecto se desarrolla en tres niveles, con un sistema de circulación y servicios laterales que permiten a sus plantas desencadenar distintos tipos de actividades.

Liberar las plantas a pesar de tener un listado de funciones que el edificio debía abordar, fue clave a la hora de presentar la propuesta a los clientes, ya que esto les permitía pensar en distintos futuros usos del edificio.

El proyecto está concebido en base a tres componentes: el forjado que va de medianera a medianera, su fachada frontal y su fachada trasera: Se utilizaron losetas pretensadas que salvan el ancho del terreno sin apoyos intermedios, que descargan en la estructura metálica ubicada en medianeras. La placa perforada en fachada está ubicada en la línea de edificación, mientras el edificio se retira un metro respecto de ésta.

De este modo, se genera un vacío que esponja la relación de las oficinas con la calle.

Hacia el fondo, se ubica el patio que otorga iluminación y ventilación el cual se cierra o abre a través de una claraboya que permite controlar la ventilación cruzada.